Los pescadores del Caribe venezolano se internan todos los días en el mar en busca del alimento de cada día. La pesca es su forma de vida y el sostén de su familia.

La comunidad “Compa Hugo Chávez”, en las afueras de Guanta, al oriente de Venezuela, la integran unas 120 familias que durante décadas vivieron apartadas en la Isla Guaraguao, hasta que por decisión del comandante Hugo Chávez fueron reubicados en tierra firme, donde les construyeron viviendas dignas con todos los servicios básicos.

Viven de la pesca y a diario se internan en el mar para pescar el producto que es su forma de vida. José Bárcenas es el vocero de la comunidad y compartió con teleSUR detalles de la jornada de un pescador.

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“La rutina es larga y agotadora, por ejemplo, los que regresan entre las 3 y las 4 de la tarde salieron a las 4 de la madrugada. Son embarcaciones que transportan a seis pescadores, quienes luego de unas 12 horas vuelven a tierra firme con el producto que una vez aquí en el muelle es pesado y se entrega a los compradores, quienes después lo venden en los mercados de la zona. Siempre dejamos un poco para nuestra familia”, nos dice. 

Y mientras unos descargan la cosecha del día, otro grupo de pescadores carga combustible y acomoda la lancha en la que un nuevo grupo de seis pescadores, entre hombres y mujeres, saldrá a las 6 de la tarde para pescar toda la noche y regresar al amanecer.

Esta es una buena temporada para los pescadores de esta zona, ya que es la época de esta especie llamada Tajali, conocido también como pez sable, cinta o pez correa por el largo de su tamaño. Un pez de cuerpo muy fino, sin escamas, que mantiene un buen precio en el mercado.

Pero en la faena diaria, los obreros del mar también se enfrentan a peligros no solo de animales marinos y tempestades, sino también de algún accidente.

Manuel, un veterano pescador, nos narró que hace algunos años mientras pescaba en la madrugada, sorpresivamente fueron impactados por una embarcación que partió en dos la pequeña lancha y uno de sus compañeros perdió la vida. Afortunadamente cuenta que otro buque rescato con vida al resto de la tripulación.

Gracias a la faena de los pescadores de Guanta, miles de consumidores tienen la comida en la mesa, mientras sus familias adquieren lo necesario con la venta del producto y el país no se estanca en su economía.

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